invaden, Virgen, el hermoso suelo,
donde bella, como iris de consuelo,
sonrío al desventurado tu clemencia.
Sangre humana salpicaba en tu presecnia,
del sacrosanto altar el blanco velo;
y hay quien, debiendo mitigar tu duelo,
quiera adunar a Dios con la violencia.
(A la virgen de Guadalupe durante la intervención francesa,
pidiendo por la causa liberal y contra los obispos.
Tomado del muro del Prof. Eduardo Bustos Valenzuela
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